Este cuadro lo inicié hace años. Se basa en una foto en blanco y negro que vi en el periódico de Zamora. Dicha foto hacia referencia a un acto publico que hicimos en el Parque de la Marina, reivindicando la importancia del día del libro, y ofreciendo un aspecto diferente de ello.
Uno de mis compañeros, y organizador fue fotografiado junto a una niña, mientras jugaban y hacían malabares.
Al ver la foto, recordé la imagen, a modo de flas, y me sugirió esta obra que veis aquí, aun sin terminar.
Empecé la obra con toda mi alegría y mi disfrute, los inicios suelen ser claros, se lo que quiero plasmar, pero luego me voy indefiniendo y perdiendo, y caigo en un abismo del cual me cuesta salir.
Varios años después, lo he retomado, algo en mi subconsciente ha encontrado la luz y el camino. La clarividencia. La vida, el día a día, y las experiencias te hacen encontrar nuevas ideas y soluciones.
Así que ahora estoy contenta por poder acabar esta obra, la cual siempre me ha gustado mucho, siento que tiene alma, que expresa paz y serenidad a la vez que la sensación de niñez y su inocencia.
